lunes, 8 de junio de 2009

El paso de Ente a Corporación de RTVE

RTVE comenzó su andadura en 1956, aunque no fue hasta el año 1981 cuando se la dotó de un Estatuto, en el cual quedaba definida como “institución de carácter público con personalidad jurídica propia que ejerce las funciones que le corresponden al Estado como titular de los servicios públicos de radiodifusión y televisión”. La objetividad, la veracidad e imparcialidad de las informaciones así como el respeto al pluralismo político, religioso, social, cultural y lingüístico, estaban entre sus principios fundamentales. Esto se mantuvo así hasta 2001, fecha en que el Partido Popular, entonces en el Gobierno, decidió reformar el Estatuto del ente a través de una enmienda a la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos Generales del Estado. En ella se establecía una definición del servicio público que buscaba la “eficiencia económica”. La novedad era hacer compatible la rentabilidad social sin renunciar a la audiencia ni a la financiación mixta; esta doble vía de ingresos ha sido muy criticada por las cadenas privadas puesto que RTVE se beneficia de los Presupuestos Generales del Estado así como competir por audiencia y publicidad.

Desde la irrupción de las cadenas de televisión privadas a finales de la década de los 80, RTVE ha experimentado pérdidas económicas desorbitadas. En un intento por sanear algo esta situación, se produjo por ejemplo una reestructuración de la plantilla, saldada con un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para 4.150 trabajadores. Este plan persigue poner fin a la deuda e iniciar una etapa con una organización diferente y nuevos modelos de radio y de televisión pública.

lunes, 25 de mayo de 2009

Grupo Joly


En los últimos años, el Grupo Joly ha experimentado un ritmo vertiginoso. En poco más de una década se ha situado como grupo andaluz de referencia gracias a la adquisición, pero sobre todo a la puesta en marcha, de cabeceras en prácticamente todas las ciudades de la comunicación autónoma.
La importancia de la compañía gaditana puede compararse a la lograda por otro negocio de características similares, aunque ubicado originariamente en Canarias: el grupo Moll o Prensa Ibérica. La familia Joly lleva arraigada como editora de periódicos desde 1867. Las similitudes se encuentran en la estrategia seguida por ambas corporaciones desde casi la misma fecha. Ante la imposibilidad de competir con los grandes grupos nacionales o de entrar en terrenos más difíciles como el audiovisual, tanto uno como otro grupo se han dedicado a poner en marcha cabeceras locales. Joly se ha ido transformando de negocio familiar local a grupo de prensa regional. Cádiz ha sido hasta hace poco su feudo periodístico. Allí vio la luz el primer número del Diario de Cádiz. Era el año 1867. La nueva empresa comienza a gestarse a partir de 1999, momento en que se pone en marcha Diario de Sevilla, que pertenece a la misma compañía pero está en manos de una de las dos rmas de la familia, los Joly Martínez de Salazar.
Las iniciativas de Joly han venido a animar el panorama periodístico en Andalucía, por cuanto la puesta en marcha de cabeceras en Sevilla, Córdoba o Granada ha significado nuevas fuentes de trabajo para la profesión y diferentes referencias informativas para los ciudadanos de la zona.

Es el primer grupo editorial enteramente andaluz y posee ocho cabeceras (por orden de creación: Diario de Cádiz en 1867; Diario de Jerez en 1984; Europa Sur en 1989; Diario de Sevilla en 1999; El Día de Córdoba en 2000, Granada Hoy en 2003; Málaga Hoy en 2004 y Huelva Información, que fue adquirido en 2002), ha logrado implantar con éxito un modelo de prensa poco frecuente en general y que no existía en Andalucía: el de diarios locales que cumplen una función de carácter regional compartiendo una estructura troncal de información andaluza, nacional e internacional que se coordina desde Sevilla sobre la base de un mismo modelo editorial, sistema de gestión y plantas de impresión. Tiene un sólido punto de partido, el centenario Diario de Cádiz, y un periódico que se ha convertido en el centro de producción informativa, Diario de Sevilla, que en muy pocos años ha logrado ganar más de 25 premios internacionales otorgados por la Society News Design (SND), con sede en Estados Unidos.

Vocento

Con este nombre se rebautiza la fusión que Correo y Prensa Española llevaron a cabo en septiembre de 2001, aunque hay que señalar que anteriormente ya se habían apreciado síntomas de cooperación entre ambas empresas. Se ponen de manifiesto unas relaciones que buscaban el entendimiento empresarial entre dos grupos bien conectados ideológica y personalmente. ABC ratifica su carácter tradicionalista y monárquico que inspira la política de la empresa fundadora. Pero los Luca de Tena sabían que los Ibarra-Bergareche también se posicionaban dentro de una línea conservadora-moderada, sin perder de vista en ningún momento el sesgo religioso. Correo tenía así el camino allanada para convertirse en una gran compañía multimedia, deseo que pudo materializarse gracias a la fusión, anunciada como el nacimiento del “primer grupo de comunicación español”. Finalmente pasó a llamarse Vocento en mayo de 2003.

La fusión digital

En la primavera de 2002 se anunció el acuerdo de fusión de las dos plataformas digitales que existían en España. Canal Satélite Digital, en manos del grupo Prisa, y Vía Digital, participada mayoritariamente por Telefónica. Los analistas auguraban la consolidación de una única plataforma en nuestro país debido a los importantes que en recursos e infraestructuras necesitaban este tipo de proyectos.
Los inicios de las dos plataformas digitales hay que situarlos a mediados de los años 90, cuando el sector audiovisual, con los derechos futbolísticos por medio, se plantea como negocio rentable de futuro. En 1996, Telefónica junto con Antena 3TV, Televisa, RTVE y algunas autonómicas, firmaban un acuerdo para ser las encargadas de poner en marcha Vía Digital. De este acuerdo se desmarcó Prisa al no conseguir una posición preponderante en la plataforma. Sin embargo, el grupo no quería quedarse fuera e inició sus propias gestiones para poner en marcha otro proyecto similar, Canal Satélite Digital, tras haber llegado a un entendimiento con Zeta y Televisión de Cataluña en la cuestión de los derechos deportivos.

Dicha colaboración entre los ya fallecidos Antonio Asensio, de Zeta y Jesús de Polanco, máximo accionista de Prisa, bautizada como Pacto de Nochebuena, se consiguió poco después de la puesta en marcha de ambas plataformas. La noticia fue muy mal recibida por parte de los artífices de Vía Digital que, durante cierto tiempo, intentaron atraerse al presidente de Zeta en la cuestión de los derechos del fútbol.

En el nacimiento de estas dos plataformas se dejó sentir de manera notable el peso político y el bipartidismo imperante en nuestro país. Por una parte, Vía Digital, se erigió como la plataforma del Gobierno, al ser la iniciativa respaldada por Telefónica, que, por aquel entonces, contaba en su presidencia con Juan Villalonga, hombre fuerte del Partido Popular.
Por su parte, Prisa se encargaba de poner en marcha Canal Satélite junto a Zeta. Jesús de Polanco se posicionaba de nuevo con una plataforma en el mercado que plantaba cara a Vía Digital y que se relacionaba con un grupo que había sido beneficiado en la configuración de sus medios durante la etapa del gobierno socialista.
Canal Satélite empieza a emitir a principios de 1997 y Vía Digital lo hace en septiembre de ese mismo año. Sin embargo, muy pronto se percibiría la imposibilidad de vivir por sí solas y apenas un año después se anuncia la posibilidad de una fusión. Efectivamente, la subsistencia por separado era prácticamente inviable y en mayo de 2002 se anuncia el acuerdo de fusión, que casi hay que entenderlo mejor como la absorción de Vía Digital por parte de Sogecable. A través de esta operación, el grupo Prisa se hacía con el 80% de las acciones de Audiovisual Sport, al sumar el 40% que ya tenía, el otro 40 que Admira, filial de medios de Telefónica, también posee en la misma empresa.
De esta manera, la nueva plataforma única, que recibirá el nombre de Digital Plus, quedará repartida en un primer momento entre Telefónica (con un 23%), Sogecable y Vivendi (con un 16,38% cada una. El resto de participaciones quedó en manos de otros pequeños accionistas.

jueves, 14 de mayo de 2009

Planeta


Planeta ha sufrido una evolución muy destacada en el negocio de los medios, especialmente por su llegada a Antena 3. Entre finales de los años 90 y principios del nuevo milenio, apuntaba maneras a la hora de convertirse en una compañía multimedia importante. De hecho, su estrategia recordaba en cierta forma a la llevada a cabo por el grupo Prisa, puesto que provenía del mundo editorial y había cedido apostar con fuerza en el sector de la comunicación.

Fue en 2003 cuando protagonizó un capítulo decisivo en la historia de la comunicación de este país al convertirse en accionista mayoritario de Antena 3, una operación que significó una fuerte apuesta del grupo de José Manuel Lara Bosch tras los reveses sufridos en el pasado.
Antes de dar este paso, las primeras incursiones de Planeta en el terreno mediático se dirigieron hacia el terreno audiovisual, donde se hizo con el 10% de Tele 5 tras haberle comprado este paquete a Prensa Española. Era el año 1998. Aunque hay que señalar que apenas tres años después se deshizo de esta participación. Lo que no significaba que la compañía se apartara del audiovisual. Por ejemplo, poco antes había formado parte del accionariado de Quiero TV, plataforma que constituyó una de los mayores fracasos en el panorama comunicativo español. El hundimiento fue tan grande que en 2002, Quiero TV devolvió la licencia que había obtenido dos años antes, reconociendo así la imposibilidad de hacerse un hueco en el sector.

Mientras los proyectos televisivos no terminaban de cuajar, la incursión de Planeta en otros sectores mediáticos corría una suerte desigual. En Radio España, donde compartió accionariado con Altadis, llegó a poseer un 60%. Sin embargo, la legendario emisora se vio obligada a cerrar debido a las cuantiosas pérdidas que arrastraba. En este tiempo, alquiló la frecuencia de Radio España a Onda Cero, que en tres años pasó a ser de su propiedad.
En lo que respecta al sector de la prensa, hay que apuntar su 15% en el periódico La Razón, una cabecera que fue creada en 1998 y que a pesar de su juventud, ha conseguido implantarse con rapidez en el mercado y ha experimentado un crecimiento espectacular que lo ha situado entre los seis diarios de información general más leídos. Planeta también llegó a un acuerdo con el grupo Godó para hacerse con el control de Auvi, una compra que no hizo mucha gracia a Luís María Ansón, Presidente del Consejo Editorial del grupo y fundador del periódico La Razón.
En este tiempo, la primavera de 2003, Telefónica decide vender un 25% de sus acciones en Antena 3 a Planeta. El planteamiento del grupo tras su entrada en la cadena, se basó en llevar a cabo un proyecto de futuro, que incluía la desaparición de posibles pérdidas, la renovación de parrilla, la reestructuración de personal y su salida a Bolsa. Se planteó desde el principio en convertir a la empresa en una generadora de beneficios. Para alcanzar esto, uno de los primeros pasos que habrían de darse fue la puesta en marcha de un Expediente de Regulación de Empleo, que en principio afectaría a unos cuatrocientos de los 1.600 trabajadores. Tanto Maurizio Carlotti, consejero delegado de la cadena, como José Manuel Lara, dejaron pronto clara su intención de hacer de Antena 3 una empresa rentable, para lo cual consideraron imprescindible una reducción en la plantilla. Finalmente, el número de despedidos ascendió a 215. Así, el ERE siguió adelante y la cadena superó una de las primeras trabas para continuar su expansión. Además, el cambio en la parrilla fue configurando una televisión más comercial que casi tenía asegurado el éxito en su estreno bursátil, el cual se materializado en 2003 con la entrada de Antena 3 en la Bolsa Española. La idea era desmontar la antigua Antena 3 y sustituirla por un nuevo negocio que pronto diera beneficios. Así, el plan de ajuste puesto en marcha hizo aumentar los ingresos, reducir los gastos y obtener un beneficio de 15,5 millones de euros a comienzos de 2004.

A pesar de encontrarse metido de lleno en el terreno mediático, hay que recordar que Planeta surgió como un negocio editorial iniciado hace más de 50 años, por José Manuel Lara Hernández, padre del actual presidente del grupo, José Manuel Lara Bosch. De este modo, hay que señalar que Planeta también posee las editoriales Martínez Roca, Temas de Hoy, Destino, Seix Barral, Ariel, Espasa y Bestselia, además de participaciones en Columna, Crítica, Planeta DeAgostini, Altaya y Deusto. También domina la edición multimedia con Multimedia Ediciones, Plawerg Editores o Planeta Actimedia.

viernes, 24 de abril de 2009

Prisa


Es uno los grupos de comunicación españoles más importantes. José Manuel de Pablos Coello, catedrático de la Universidad de La Laguna, en su libro “El periodismo herido” toma como referencia al diario El País, buque insignia del grupo multimedia, para constatar la “popularización” de las informaciones en virtud de los criterios mercantilistas de la empresa editora, es decir, del grupo Prisa.
De Pablos escribe: “Existe la sensación de que algunos medios se convierten en meras compañías mercantiles y dejan de ser recursos de comunicación social, como siempre lo fueron. El periódico da paso a la empresa. Ésta entra de lleno en el “mercado de la verdad”, de su verdad comercializada, con la mirada puesta en su cuota de influencia y en el estado del balance publicitario, con extremo respeto a las compañías anunciantes”. De esta manera, se quejaba el autor del nuevo rumbo que el emblemático diario de la Transición española parecía haber tomado en el seno del grupo Prisa. La obligación de convertirse en una compañía cada vez más grande y poderosa se erige como regla incuestionable para el que durante casi treinta años ha sido el primer grupo de comunicación español.
El grupo presidido por Jesús de Polanco hasta su fallecimiento en el verano de 2007, se empeñó en ser el primero a toda costa. Por eso no le importó comprar por ejemplo, Antena 3 Radio en 1992 bajo el argumento de necesitar audiencia para la SER, aunque luego la convirtiera en la minoritaria Sinfo Radio, librándose así de un complicado contrincante mediático. Tampoco tuvo problemas para rehacer su amistad con el ya también fallecido Antonio Asensio en 1996 en el conocido como Pacto de Nochebuena, que limó viejas asperezas y le dio a Polanco un mayor porcentaje de derechos deportivos para su plataforma digital. Ni ha encontrado impedimento alguno en llegar a un acuerdo de fusión con el que parecía ser su rival más directo, Telefónica, para crear Digital Plus.
Todo esto le permitió ser la primera empresa de comunicación que cotizó en la Bolsa española, donde a fines de los 90 se situaba dentro del grupos de los diez mayores inversores. Esto puede hacernos pensar que Prisa está más cerca de ser una máquina de hacer dinero que de la originaria empresa de medios. Además, bajo los dictados de una demanda creciente del público hacia otros tipos de contenidos, El País habría pasado de ser un periódico de referencia para toda una generación a convertirse en un producto que hay que vender.

jueves, 23 de abril de 2009

Situación mediática en España

En la última década, la industria de la comunicación a nivel mundial ha sido protagonista de numerosos cambios, los cuales también han tenido repercusiones en los negocios españoles, experimentando éstos un crecimiento espectacular a pesar de su no tan lejana herencia franquista. Dicha particularidad de los medios en España ha de ser tenida en cuenta cuando hablamos de la estructura informativa, ya que mientras en Europa se desarrollaba una importante industria comunicativa, la iniciativa privada en nuestro país era por el contrario, muy primitiva y humilde.
Teníamos ante sí, una débil estructura informativa, de carácter propagandístico, muy controlada y propia de un régimen dictatorial. Hay que esperar a la muerte de Franco para que comiencen a ponerse en marcha otras iniciativas mediáticas que constituirían el germen de grupos de comunicación posteriores. Publicaciones emblemáticas como El País o Interviú, en las décadas de los ´70 y ´80, proliferan diversas cadenas de radio y se llega a la concesión de tres licencias de televisión privada, una de las cuales es de pago. Estas primeras iniciativas supusieron los primeros síntomas del panorama mediático, que fueron conformando una maraña de negocios en expansión que estaban en manos de unas empresas que hasta hacía poco habían sido simples editoriales o periódicos familiares de gran tradición.
Es un hecho cierto que en la década de los ´80 se gestan todas las condiciones para poner en marcha la TV privada, y que la descentralización de la televisión gracias a los canales autonómicos contribuyó a crear un clima favorable a ello. De esta forma, en la primavera de 1988 fue aprobada la Ley de Televisión Privada en el Congreso de los Diputados, la cual contemplaba la puesta en marcha de tres canales que serían concedidos por el gobierno socialista mediante concurso público y por un tiempo limitado. Aunque distaban mucho de los grupos de comunicación mundiales, las empresas españolas del sector se apoyarán rápidamente en unas medidas legislativas cada vez más permisivas con su expansión. La nueva ley establecía por ejemplo, que las concesiones para explotar y gestionar canales de televisión se otorgaban por un plazo de 10 años renovables sucesivamente por periodos iguales. También se refería a las cuotas de publicidad, que establecían un límite no superior al 10% del total de las horas de programación anual. Además, un accionista podía tener como máximo un 25% de participación en una cadena privada, lo que hacía que fueron al menos cuatro los dueños de la televisión en cuestión, garantizando en cierta medida un moderado grado de pluralismo.
La Ley de Televisión Privada fue modificada por primera vez en 1998, coincidiendo con un momento en el que Antena 3 atravesaba una situación complicada. La ampliación del porcentaje máximo se amplió a un 49% para un solo accionista. Años más tarde, en 2002, se vuelve a producir otra modificación que permitía la ampliación de los límites sobre la propiedad hasta un cien por cien y que por tanto, permitía a un único accionista ser el dueño absoluto de una cadena de titularidad privada en España. Esta segunda reforma legal supuso un paso más en la desregulación del negocio audiovisual en nuestro país, ya que ampliaba las posibilidades de concentración de medios para los grandes accionistas. Con esta medida, Silvio Berlusconi pudo realizar una ampliación de capital en Tele 5, una vez que conoció que era posible llegar hasta el 100% de participación en una cadena. Mediaset, la empresa del Primer Ministro italiano había estado presente desde sus inicios, en esta cadena privada y poco a poco fue incrementando su participación en ella.

Ya más recientemente, a finales de 2005, el gobierno socialista de José Luís Rodríguez Zapatero anunció la tramitación de una nueva Ley General Audiovisual, en la que se consideraba que un accionista no podría participar en más de una televisión si superaba el 5% del capital en una cadena. Esta restricción es aplicable para licencias de igual ámbito de cobertura, por lo que tampoco supone una excesiva preocupación por la concentración mediática.

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