viernes, 24 de abril de 2009

Prisa


Es uno los grupos de comunicación españoles más importantes. José Manuel de Pablos Coello, catedrático de la Universidad de La Laguna, en su libro “El periodismo herido” toma como referencia al diario El País, buque insignia del grupo multimedia, para constatar la “popularización” de las informaciones en virtud de los criterios mercantilistas de la empresa editora, es decir, del grupo Prisa.
De Pablos escribe: “Existe la sensación de que algunos medios se convierten en meras compañías mercantiles y dejan de ser recursos de comunicación social, como siempre lo fueron. El periódico da paso a la empresa. Ésta entra de lleno en el “mercado de la verdad”, de su verdad comercializada, con la mirada puesta en su cuota de influencia y en el estado del balance publicitario, con extremo respeto a las compañías anunciantes”. De esta manera, se quejaba el autor del nuevo rumbo que el emblemático diario de la Transición española parecía haber tomado en el seno del grupo Prisa. La obligación de convertirse en una compañía cada vez más grande y poderosa se erige como regla incuestionable para el que durante casi treinta años ha sido el primer grupo de comunicación español.
El grupo presidido por Jesús de Polanco hasta su fallecimiento en el verano de 2007, se empeñó en ser el primero a toda costa. Por eso no le importó comprar por ejemplo, Antena 3 Radio en 1992 bajo el argumento de necesitar audiencia para la SER, aunque luego la convirtiera en la minoritaria Sinfo Radio, librándose así de un complicado contrincante mediático. Tampoco tuvo problemas para rehacer su amistad con el ya también fallecido Antonio Asensio en 1996 en el conocido como Pacto de Nochebuena, que limó viejas asperezas y le dio a Polanco un mayor porcentaje de derechos deportivos para su plataforma digital. Ni ha encontrado impedimento alguno en llegar a un acuerdo de fusión con el que parecía ser su rival más directo, Telefónica, para crear Digital Plus.
Todo esto le permitió ser la primera empresa de comunicación que cotizó en la Bolsa española, donde a fines de los 90 se situaba dentro del grupos de los diez mayores inversores. Esto puede hacernos pensar que Prisa está más cerca de ser una máquina de hacer dinero que de la originaria empresa de medios. Además, bajo los dictados de una demanda creciente del público hacia otros tipos de contenidos, El País habría pasado de ser un periódico de referencia para toda una generación a convertirse en un producto que hay que vender.

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